Una pregunta que seguro todos los fumadores de cannabis nos hemos hecho alguna vez ya que conocemos muy bien la fuerte sensación de hambre que acompaña a su consumo, y que nos empuja a comer todos los cheetos que nos pongan delante aunque ya estemos saciados. Un nuevo estudio en ratones ha sorprendido a los investigadores, al descubrir que esta estimulación del apetito la provocan las mismas neuronas que normalmente se encargan de producir saciedad, conocidas como proopiomelanocortinas (POMC).

Hasta ahora, los científicos asumían que el fenómeno estaba relacionado con la activación del receptor cannabinoide 1 (CB1R), un conjunto de proteínas que, en presencia de las sustancias cannabinoides, aumenta el apetito.

El receptor cannabinoide de tipo 1, comúnmente abreviado CB1, es un receptor cannabinoide localizado principalmente en el cerebro. Es activado por numerosos componentes, como los endocannabinoides, los fitocannabinoides, el THC y otros cannabinoides sintéticos. Tiene numerosas implicaciones, como la analgesia, la disminución de la ansiedad, incremento de la lipogénesis y del apetito, entre otros. Su activación hace responsable también de los efectos psicoactivos del consumo de THC, principio activo de la planta de la Marihuana y la resina de Hachís.

Existen al menos 5 receptores cannabinoides distintos. Los dos primordiales y más extendidos son el CB1 y el CB2, aunque existen 3 receptores huérfanos.

Según el nuevo estudio llevado a cabo por científicos de Australia, Alemania y Estados Unidos, hay algo más: “Observamos que, en respuesta a la activación del receptor cannabinoide, las neuronas POMC se activaban, y se liberaban tanto anorexígenos (quitan el apetito) como orexigénicos (estimulan el apetito)“, explica a Sinc Tamas L. Horvath, investigador de la Universidad de Yale y jefe de proyecto.

No nos lo esperábamos. Estábamos haciendo experimentos de control cuando descubrimos este resultado sorprendente”, afirma.

Siempre se había considerado que las neuronas POMC eran las responsables de calmar la sensación de hambre. Por eso, se creía que el impulso de comer se producía cuando bajaba el nivel de actividad de este grupo de células nerviosas.

Sorprendentemente, los nuevos experimentos han mostrado que estas neuronas aumentan su actividad cuando entran en contacto con los cannabinoides. “Descubrimos que las células que reducen el apetito se activan de manera diferente al entrar en contacto con el receptor cannabinoide CB1R”, indica el investigador. “La activación de las neuronas dirigida por el receptor hace que liberen sustancias químicas diferentes a las que normalmente se segregan cuando promueven la saciedad”.

Conocer este inesperado mecanismo podría ser útil para tratar trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia…). Sin embargo, los autores señalan que el control de estas conductas es complejo, y que en este estudio se considera solo un modo de acción.

Otros motivos por los que fumar maría da hambre

Hace justamente un año, Nature Neuroscience publicaba un estudio sobre otra de las causas que desencadenaban la sensación de hambre tras fumar marihuana.

El informe sostenía que el THC, compuesto psicoactivo de la marihuana, influye sobre ciertos receptores del cerebro vinculados al sentido del olfato. Los ratones se volvían más sensibles al olor de la comida y aumentaba su apetito.

Esto se debe a que el THC activa el receptor cannabinoide en una región del cerebro conocida como bulbo olfatorio. Al inhibir genéticamente este receptor, el THC deja de afectar al apetito.