Al principio, durante el proceso de germinación de las semillas, es importante asegurarse que el medio de germinación (jiffy, lana de roca…) permanezca húmedo en todo momento. En el caso que el medio se llegue a secar durante la germinación de las semillas, seguramente éstas nunca lleguen a salir.

Una vez ya ha salido la plántula y muestra los cotiledones, ya no se debe mantener  permanentemente húmedo el suelo, sino que hay que espaciar los riegos para dar lugar a que se aireen las raíces. Si mantenemos el sustrato siempre húmedo, acabará afectando al sistema radicular, y si no se soluciona rápido, la planta acaba muriendo.

Riego de marihuana, trucos y herramientas

Los síntomas de exceso de riego de marihuana son, la caída de hojas amarillentas y languidez en el resto de hojas. Es una apariencia bastante similar a la carencia de riego, así que un error muy común, suele ser insistir en los riegos. Si pasada media hora después de un riego, el aspecto de la planta no mejora, seguramente ese no es el problema.

 

En teoría, para saber el momento idóneo para realizar el riego de marihuana, lo más correcto es utilizar un medidor de humedad o tensiómetro, que nos da la lectura en Pascales (Pa). Habría que regar cuando el tensiómetro marque una lectura de entre 400hPa y 700hPa.

 

En caso de no tener tensiómetro, hay un modo sencillo para saber el momento en que debemos regar, es simplemente comprobando el peso de la maceta. Cuando la tierra está húmeda, se nota que la maceta pesa bastante, conforme la tierra se va secando se nota que pesa poco. A veces, la capa superficial del suelo se ve seca pero por debajo todavía hay mucha humedad, lo más sencillo, es sopesar la maceta para saber que día regar.

Es muy importante que el sustrato pase por ciclos de húmedo-seco, cada vez que se seca el medio entra aire por los poros del sustrato y se oxigenan las raíces. Para conseguir una máxima oxigenación ,podemos colocar una pequeña bomba de aire con piedra difusora en el tanque de riego. Debemos espaciar los riegos pero sin llegar nunca a que la planta baje las hojas o muestre otros síntomas de deshidratación.

Cada vez que toque hacer el riego de marihuana, debemos hacerlo sustancialmente, es un error bastante común regar con un escaso chorrito alrededor del tallo dejando permanentemente seca la tierra por los bordes. En cada riego hay que llegar a ver salir el agua por los agujeros de drenaje de la maceta, asegurándose que queda humedecido hasta el último rincón de la maceta, y después no volver a regar hasta que la maceta pese poco, tan fácil como eso…

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