La hermana Kate fundó en 2013 su propia abadía en Californía para el cultivo y la producción expresa de plantas de marihuana para la producción de bálsamos de cannabis con fines curativos.

No procesan la fe católica ni pertenecen a ninguna orden religiosa ni falta que les hace, pero visten con hábitos y viven en un sistema similar al de cualquier convento convencional. De hecho hicieron los votos de obediencia o celibato y están convencidas de que el éxito de sus bálsamos cannábicos se deben a la conexión Tierra, Luna y Naturaleza con la que pretenden aliviar al mundo.

«Al principio, la intención es que estas cremas aliviaran los dolores en articulaciones y músculos, pero cuando preguntamos a las personas que nos compraban nuestros productos nos comentaban que también lo utilizaban como tratamiento para la ansiedad y la depresión. Simplemente con masajear un poco de nuestro bálsamo detrás de las orejas o en la frente les ayudaba a relajarse y a poder dormir evitando la ingesta de otros productos químicos como píldoras, pastillas antidepresivas, etc… y esto le dió a nuestro trabajo otra dimensión» – Hermana Kate.

El convento recibe a menudo la visita de las autoridades californianas que tan solo les permite cultivar una docena de plantas de marihuana, por lo que las hermanas siguen un proceso que tiene que ver con los ciclos lunares para agilizar su producción y de esta manera poder atender la demanda cada vez mayor de sus bálsamos espirituales.

En el proceso de elaboración de los ungüentos con Cannabis, las «Hermanas de la Marihuana» utilizan aceite de coco y otros elementos cuya base contienen cannabidiol (CBD), componente no psicoativos del cannabis e insisten que sus productos están libres de tetrahidrocannabinol   (THC), principal psicoactivo del cannabis y responsable de las alucinaciones.

En la actualidad, las «hermanas del valle» mantienen este lucrativo negocio gracias a la venta a distancia de bálsamos hechos con cannabis pero aseguran que todavía no han obtenido beneficios.

De hecho, continúan pagando las instalaciones en Merced (zona central de California) en las que alzaron, para beneficio de muchas personas, este fenomenal monasterio del Cannabis.

¡Benditas seáis hermanas! y continuad con vuestra misión  tan necesaria y humana.